Día 17 de abril. TV3

A las 12h nos reunimos senadores y diputados para coordinar el trabajo en las Cortes Generales. Joan Coscubiela nos informa de que en Madrid hay rumores de que la legislatura terminará cuando finalice el actual periodo de sesiones. Puede ser que en setiembre ya no se reinicie el trabajo de las cámaras. Mi opinión personal es que ni Rajoy sabe hoy cuándo le conviene agotar la legislatura. Habrá que ver los resultados de las próximas elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo. Con todo, lo que queda claro es que los próximos meses vamos a tener una intensa actividad legislativa.

Rajoy y su gobierno reciben muchas críticas, también desde ambientes conservadores. Lo que no le pueden reprochar es su constancia en ir desmantelando legislativamente,  todo lo que suponga un obstáculo a: recortes, privatizaciones, autoritarismo, desregulación y recentralización. Calidad legislativa no ha habido, pero tesón en el cumplimiento de estos objetivos no ha faltado. Se nota que es un gobierno liderado por altos burócratas del estado (registradores, abogados del estado…) en la metodología con la que han ido desmontando casi todas nuestras conquistas.

A puertas de una nueva campaña electoral leo las quejas de los profesionales de TV3 a los bloques electorales. Si TV3 fuera un compendio de independencia, pluralidad y rigor informativo compartiría sus críticas, pero la verdad es que si hay una televisión pública entregada a una causa, “el procés”, esta es TV3. No me imagino a los periodistas de TVE rechazar los bloques electorales y exigir una información electoral basada en criterios profesionales. Ellos conocen bien y denuncian a diario la manipulación que imponen sus actuales dirigentes. Los periodistas de TV3 lo primero que tendrían que preguntarse es si la línea informativa de esta televisión es garantía de pluralismo, rigor e independencia para exigir a los partidos no protegerse con los bloques electorales. Recuerdo que los bloques los decide la Junta Electoral, no los partidos políticos, no recordarlo es un primer signo de manipulación.